jueves, 28 de mayo de 2009

Jueves 28 (2)

Hay palabras -a veces pienso que sólo existen palabras, ¡con lo escasas que son!-, algunas palabras que son aterradoras al tiempo que atractivas, de una atracción primitiva y hasta redentora, sagrada. El mejor ejemplo -y tengo para mí que es más que una simple ejemplificación, e igual señala a la raíz de nuestra psicología- el más evidente caso es la palabra 'vacío', imposible de digerir, de convertir en abstracción. Incapaz en su densa negritud de servir de fundamento o corolario de ninguna estrategia.

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