lunes, 9 de marzo de 2009

El dinosaurio (para MLL)

Cuando despertó, el dinosaurio
aún estaba ahí. Dijo Monterroso.
De acuerdo, el diplodocus
o el tiranosaurio es la vida.

Siempre presente,
mastodóntica,
paciente
y con cerebro de reptil.
Despiadada.

Es como despertar
de una pesadilla
para caer en ella
y realizarla,
ahora en tres
o cuatro dimensiones.

Un laberinto.
La profecía del laberinto doloso
en que estamos inmersos
desde hace tanto.
Desde la primera palabra, posiblemente.

Que el tiempo no pasa,
que pasamos nosotros
a una velocidad imposible de calcular.
Fósforos escasos.
Bengalas de juguete humedecidas e impotentes.
Luciérnagas ciegas y oscuras.

Un mohín, que ya dijeron, de vida y sueño.
No, sólo un mohín.

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