sábado, 14 de marzo de 2009

Sábado noche

El futbol en la tele, el Kertesz y Márai en las manos, y dos lexitín 3 recién tomados. En la cabeza, sin embargo, nada de eso, sino el aciago y extrañísimo y larguísimo día -demasiado inacabable, de hecho aún está aquí- con sus sombras y sus pequeñas y fugaces luces. Un día de otoño, de noviembre cerrado. Deseando que llegue el sueño y desaparecer, pero con el convencimiento soterrado (un regusto amargo e indefinido) de que dormir ahora es un acto de cobardía sin posibilidad de hacer nada para 'adecentarlo'.

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