martes, 3 de marzo de 2009

Tarde gris, pero gris

Para quién escribimos. Para uno mismo, es cierto, que ordena un poquito su escuálida y voraz existencia. Para uno mismo pero sin pretensiones. Sé que esto que digo es cierto, y no sólo un deseo noble. Pero también es cierto que siempre hay un auditorio; la humanidad, las futuras generaciones, tu generación, etc. Me son extraños tan solemnes oyentes. O simplemente un pequeño auditorio, de tres o cuatro personas. También escribes para 'complacerlas', para comunicarte con ellas, para que sepan de ti... ¿es una villana regresión la de necesitar el afecto, el pequeño reconocimiento, de unas pocas personas con nombres y apellidos? Este íntimo auditorio, que por supuesto te determina (todo de alguna manera lo hace) ¿desvirtúa tu yo más íntimo?. Creo que lo más íntimo que se puede escribir será escrito de todas las maneras. A pesar de vosotros, a veces, consigo decir un poquito mejor lo que soy-no-soy.

Ahora puedo preguntarme para qué escribo (y leo). Ahora resulta fácil la respuesta; porque no sé hacer otra cosa y ninguna que hiciese sería menos estúpida y falaz. ¿Ninguna? Casi ninguna; dar la vida por un hijo, por un amigo...

No hay comentarios: