jueves, 19 de marzo de 2009

Sándor Márai

Las últimas 30 páginas de 'Memorias de un burgués' de Márai casi salvan el libro. Magníficas. En ellas el contenido y el estilo (igual una cosa lleva a la otra) se elevan. Narra la muerte de su padre y la reacción suya como hijo y escritor; se da cuenta de que no puede separar ambas dimensiones... el secreto que sólo un padre y un hijo pueden comunicarse pero que de hecho nunca se dicen. El secreto de la vida, o del hombre ante la vida. Secreto indecible eternamente buscado por la literatura. Cada frase es un acercarse y un fracasado intento por captarlo. La obra de un escritor consiste en el siempre malogrado intento de reescribir la primera línea; el literato es introvertido y ahonda en la propia obra. No existe el libro donde todo se diga... perfecto y acabado; la lentitud e inactualidad de la verdadera filosofía, literatura o poesía. El malestar inacabable de muchos espíritus 'burgueses' (¿kantianos, en mayor o menor medida?) condenados por sus genes a las letras.

'Memorias de un burgués' lo escribio en los años 30, con treinta y tantos años. 'Tierra, tierra', aunque relata los años 40 fue escrita cuando Márai tenía más de 60. Y sus diarios traducidos con más de 80. ¡Más de 1.500 páginas de memoria y autobiografía escritas a lo largo de toda una vida, la obra promete!

Enamorado del periodismo desde siempre, Marai se da cuenta del engaño que tal actividad y vocación esconden; superfiacialidad, apresuramiento, objetividad... lo contrario de lo que significan la vida y el propio alma.

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La amistad, los libros, el amor y la pasión no son la solución. La vida no tiene claves. La vida nunca es solución ni da respuesta de sí. Pero ayudan; los libros, la amistad, el amor y la pasión. Sí, creo que este es orden correcto.

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