sábado, 8 de diciembre de 2007

Literatura

Después de Kant todo es Literatura, y después de Heidegger todo es publicidad. La primera afirmación, para mí, y aunque ahora no entre en ella, es evidente. Es la segunda la que creo más acertada para nuestros días y no sé muy bien por qué. A Heidegger lo citan los de derechas y los de izquierdas, los ateos y los creyentes, los críticos y los satisfechos... y todos recurren a su famoso (yo creo que en absoluto original) 'olvido del Ser'. Con esta expresión desarraigante justifican todos su posición. Este venerado palabro alemán justifica cualquier sociología y cualquier teología, en él parece caber todo. ¿Por qué no se cita más la crítica al cosismo paltónico del sentido que acaba en la técnica y autoengolamiento actual, y que nos ha dejado inermes ante la barbarie de la simplificación placentera? ¿por qué no se habla de su -tampoco novedosa- teoría estética sobre la dialéctica irracional entre la Tierra y los Mundos? En definitiva ¿qué atrae de estos tópicos heideggerianos? Pienso que su falta de compromiso, pienso que su falta de moralidad intelectual, pienso que su saber de antemano que después de no sé cuantas publicaciones no se tenga el deber de decir nada.
La verdad es desvelamiento, primero en el sujeto arrojado- y después perplejidad metafísica inabordable; la verdad, si en la fórmula hueca nos quedamos, es la feliz justificación que se sabe injustificable de cuanto acontece. Todo gracias al 'Olvido del Ser'.
¿Qué nos dice, cómo nos 'Ilumina', a cada uno como individuos la ausencia del Ser? Si no vencieramos tan plácida, interesada y deshonestamente nuestra facultad de pensar y sentir podríamos creer que aun después de Heidegger es posible la Literatura.

No hay comentarios: