miércoles, 4 de febrero de 2009

Colli

Según Giorgi Colli, Platón no entendió la verdadera enseñanza de Sócrates hasta mucho después de su muerte. Si en un principio critica Platón a su maestro la distancia insalvable que establece entre la justicia ideal y el individuo y Estado particulares, con el tiempo (según Colli después del Fedón, en el Banquete) descubrió el ya maduro Platón que precisamente esa distancia aparentemente insalvable era lo valioso del socratismo. Influenciado por su viaje a Egipto y por las doctrinas pedagógicas de los pitagóricos, terminó Platón haciendo realizable el ideal socrático de un Estado justo habitado por hombres justos (virtuosos). Esto lo pudo realizar convirtiendo los números pitagóricos en Ideas y confiriéndole a ellas el atractivo 'erótico' que toda alma humana, cada una en su justa proporción, anhela. Eros es necesidad de ser con otros sin dejar ser uno mismo (lo que uno mismo realmente es, y no lo que hasta el momento haya creído -¿sic?-), este amor se infunde desde la Idea de Bien hasta alcanzar más allá del resto de las Ideas a las cosas de este mundo. Así, un guardían o un artesano pueden ser felices y justos sin ser ellos mismos filósofos.

Según Colli, hemos de esforzarnos por ver Kalípolis como algo más que el lugar necesario para el filósofo-rey. En Kalípolis todos son justos y felices, en sus respectivas medidas. La paideia consiste en descubrir en cada individuo su 'areté' propia y obligarle/permitirle realizarla. Según Colli no es el Estado el sujeto de la propuesta política de Platón, si ni tampoco lo es el filósofo-rey, sino todos y cada uno de los ciudadanos.

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