sábado, 14 de febrero de 2009

Poema no gracioso

Lloramos, dicen los poetas,
para no ahogarnos
y morir por dentro de agua y sal.

Gritamos, aullamos a las estrellas
que dicen los poetas,
para no reventar,
para que los pulmones no estallen
y se lleven el alma por delante.

Reímos, trabajamos, nos reproducimos,
nos aficionamos al tabaco y al café,
para no pensar,
como mirando para otro lado.

Palabras, obligaciones, neones
y dulces Jardines, para olvidar
que somos hijos póstumos de algún dios
que el Azar nació y murió a destiempo.

Por eso los poemas son siempre
una solemne comedia sin fundamento.

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