jueves, 12 de febrero de 2009

Migrañas a media mañana

Entre la Ansiedad y la Depresión se halla el Desbordamiento. La cuestión, el problema que no quiero reconocer, que no debo reconocer, es que sigo considerando mi actual Naufragio en términos metafísicos, no médicos. La pregunta y respuesta es claudicar; pero, ¿qué me diré entonces ante el espejo? ¿Qué de mi casi único principio de no engañarme ni avergonzarme demasiado?

¿Es indolencia o es rigor lo que me lleva a hacer ineficaz mi oscura lucidez? ¿Por qué no es lícito engañarse piadosamente... e ir tirando y 'aprendiendo a morir'? ¡Toda superación es una traición y un mezquino artificio!: ¿qué infernal y oculto placer siento en mi mediocridad insuperable?

Qué tortuoso y torturador 'yo mismo'. Qué impotencia para salir de sí. En lo profundo de mi vulgaridad hay un infierno infinito. Sólo mio e incapaz de sublimarse en ninguna dirección. No es falta de voluntad, sino voluntad de no voluntad. Un peligroso estar y mirar en cualquier dirección. ¿Dónde las sepulturas de mis dioses para llevarles flores y llorar 'fuera de mí' en su alargada sombra?

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