domingo, 22 de febrero de 2009

Un no poema

Yo no sé hacer poemas de amor.
Siempre terminan de sexo o de Dios.
Con lo fácil que sería...

Amor,
sonrisa,
infinito,
para siempre,
flor,
eterno olvido,
la vida y sus bellos atardeceres
en tus embrujados ojos color avellana
y miel oscuros,
los más nobles deseos
de perpetuarnos y confundir el yo y el tú
en la dulce melopea de un sólo corazón.

Pero no. Porque amor es dejarlo todo por amor,
y mi destino y mi pasión no lo quieren
(soy un prisionero de lo imposible,
o simplemente muy egoísta y muy viejo...)
y así se estropean los poemas de amor.
Con lo fácil que sería...

Pero la vida. me digo, es una nada estropeada,
como un estúpido y caro juguete,
el antojo de un dios malcriado,
puñales de sed tus miradas
y los poemas frustradas caricias.

El amor, te cuento, es para la vida,
su sustancia y su savia más
absoluta y verdadera.
Porque la vida es absoluta y de verdad,
y no como los dioses y la pasión,
inexistentes y compulsivos.
Y así, ya ves, cómo iba a escribir un poema de amor.

Yo no sé hacer poemas de amor y me lo pongo
muy difícil escalando las altas e inaccesibles esferas
de la teología y la libido. Tan difícil que no, que no.

Con lo fácil que sería: amor, te doy la vida...

No hay comentarios: