domingo, 30 de noviembre de 2008

Cosillas...

...que se me han ocurrido leyendo a Orwell:

El sistema educativo, cualquier sistema educativo mínimamente institucionalizado, sólo es capaz de crear 'imbéciles aplastados' o guerrilleros impotentes y desorientados. tengo la certidumbre de que esta reflexión tiene un alcance universal.

La vejez comienza cuando descubres, no intelecual sino desde las entrañas, que tu tiempo no es ilimitado. Cuando descubres que has perdido en el pulso que echabas a no sé qué fantasmas, o que la partida de ajedrez era una celada.

En un momento dado -creo que a los 17 ó 18 años, al menos en mi caso- has dejado de hacer cosas realmente importantes para mí mismo para no realizar ya más que tareas u oficios incalificables o loables pero como de relleno para pasar el tiempo.

Genios y fracasados son los extremos indeseables de la santa y afortunada mediocridad. Digo más, prefiero, porque es más humano, más real, el fracasado que el genio. El primero no puede disimular, el segundo normalmente lo hace.

Existe la profesión, demasiado bien remunerada económica y moralmente, de 'progresista'. El espíritu ha caído en las garras del mercado y los instintos más rastreros. Preferiría que siguiese en poder de una élite incomprendida y hasta repudiada. Incluso en manos de la Iglesia o la Universidad alemana.

Después de los nazismos, comunismos y otros fanatimos sólo es posible una sociedad administrada. Desértica. Nuestra democracia capitalista y hedonista, en nombre de la libertad, han conseguido lo que los totalitarismos no alcanzaron en la Guerra. Hitler y Stalin no son sólo los dos últimos sátrapas asesinos que ha producido la historia, sino que son un intento consciente de abolir la historia y la individualidad. El peligro es que la tecnología y mansadumbre actuales hacen que sus intentonas no necesiten repetirse, incluso pueden ser públicamente repudiadas, para triunfar.

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