sábado, 15 de noviembre de 2008
No es mi tarde
Será la 1925. El presente es siempre el lugar del exilio. Sólo existe el presente, el instante, la época actual... todo como un estúpido recuerdo del pasado o una dañina promesa de futuro. Luchar contra él, quijotescamente -pero habiendo leído a Cervantes, ¡qué cruel!- e intentar vivir en Ucronia, o tras un espeso y transparente cristal indetectable. Sí, eso es, la 1925, que no entiende ni tiene la delicadeza necesaria para no mover lo que debiera estar enterrado. La memoria y el olvido son la misma cosa que corrompe hasta más allá de los tuétanos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario