martes, 12 de febrero de 2008

Ivan Moschan

Acabando el libro de Stalin. En los anexos, sobre los procesos de Moscú. Me interesa especialmente el de Bujarin. Si me quedan ganas, que ya estoy cansadillo del libro, lo comentaré... y también el caso enfermizo Molótov, estalinista ultramontano y criminal. O lo de aquel mariscal o general, Yakir, y no es un caso único, que murió fusilado gritando '¡viva Stalin!'.

Es especialmente impactante, paralizador, el comentario hecho cuando ya contaba 84 años del joven soldado del NKVD Ivan Movchan que entre 1928 y 1938 participó en tres rondas de ejecuciones donde murieron casi 90 personas. El personalmente reconoce haber matado a 4. Es el testimonio de un viejo cansado y solitario. Su arrepentimiento no es fingido, pero tampoco parece muy sentido, o por lo menos no parecen afectarle estos recuerdos más que su viudez y soledad actuales. "...Dios me juzgará. En estos tiempos todos se arrepienten, y yo también. La gente buena podrá perdonarme." Un escalofrío te atrapa cuando lees la última frase. ¡No, no y no; la gente buena es la que no puede perdonarte! No pueden no deben, los justos o como queramos llamarlos, perdonar y olvidar la barbarie humana con nombre y apellidos. Ni perdonar ni olvidar, aunque al pobre viejo lo dejemos, perplejos nosotros, morir en paz.

Otros libros que aquí se citan me resultan atractivos, y los pongo en mi lista junto a 'Archipiélago...' de Solzhenitsyn. De Vassili Grossman, 'Vida y destino' y 'Por una causa justa', 'Los hijos del Arbat', de Ribakov y algo de Yuri Afanásiev.

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