jueves, 17 de abril de 2008

Carver y Bukowski

Levedad y marginalidad parecen distinguir los relatos de Carver y los de Bukowski. Es cierto. El héroe de B. es un marginado. En Carver es lo anodino cotidiano sin final lo que se refleja. Sin estridencias. Distintos tonos, y distintos estilos. Sin embargo es mucho más lo que les une. La levedad y cotidianidad de Carver resulta marginal y gris frente al ideal de vida que nos suponemos los habitantes desarrollados del planeta. Es la misma umbría existencial lo que uno y otro autor nos muestran. Se describen, con eso es suficiente, existencias insatisfactorias. No pretenden Carver y Bukowski, ni sus personajes tampoco, un cambio radical, ni en las propias vidas ni de la sociedad. No hay un horizonte óptimo, sólo remansos de olvido. Esta devoradora vacuidad es lo que rellena los relatos chillones de Bukowski y los lánguidos de Carver. Porque así es la sociedad y a ella nos amoldamos. Por eso me parecen tan similares uno y otro. Es como si el mismo observador desencantado escribiera variaciones sobre la misma realidad.
Personalmente, y no tiene mayor importancia, prefiero el estilo más explícito de B. Además, y tampoco es muy importante, me gusta que su personaje sea en el fondo un escritor maldito. Las dos últimas cosas que de ellos he leído son 'Hijo de Satanás' y '¿Puedes hacer el favor de callarte, por favor' y a ellas me remito.

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