Encuentro similitudes entre la religiosidad de Vattimo y la mía. La insoportable idea de la desaparición absoluta de la gente que amo, y, por otro lado, la pervivencia en su/mi cerebro y corazón ateos de ciertos mecanismos de la infancia (en absoluto he dicho infantiles) que en la 'conversación' con Dios (el Dios de nuestros mayores) encuentra un cierto consuelo contra el frío y el miedo.
Esto es un dato. De él no extraigo consecuencias ni lo hago tema central de reflexión... por ahora.
domingo, 27 de abril de 2008
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