La universalidad y necesidad de las leyes y de la realidad. Su carácter predecible y manipulable. La propia historicidad y relatividad de la ciencia no pone en duda su valor uniformizador y legislador. En todo caso, la ciencia es el paradigma santificado de la universalidad y necesidad posibles y deseadas.
El particular se vacía. Carece de valor intrínseco, o este es apartado al ámbito asignificativo de lo subjetivo; lo nimio ruidoso y pintoresco. La subjetividad acomplejada, miedosa e infértil es, sin embargo, la fuente de toda valoración y desarrollo.
Descubrir, apartar y valorar por encima de lo científico dicha subjetividad, pues debería ser ella la que valorase y determinase el lugar la ciencia -el valor de la universalidad y necesidad posible y deseable-, es la labor de toda reflexión sobre el cientificismo.
miércoles, 2 de abril de 2008
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