Claude Mauriac lo llama un miedo esencial. Algo desconocido ocurre en las entrañas del hombre Kafka. Ni él mismo sabe de qué se trata; él sólo experimenta, en genial introspección, sus consecuencias. También puede, hasta un punto, indagar en su pasado y en el de su raza, pero sólo hasta un punto.
Sobre causas y consecuencias del miedo esencial. Inadaptación social. Confusión, al modo de un sueño, entre lo real y lo irreal. Riesgo de despersonalización y locura. Culpabilidad radical. Cierto grado de masoquismo y sadismo. Judaísmo. Salud precaria. Etcétera.
Todo esto se olvida, se purifica momentáneamente, cuando el hombre Kafka es suplantado por el escritor. Son los momentos de dicha, de liberación... El penúltimo Kafka dará el paso de encontrar esa liberación en el silencio.
viernes, 11 de abril de 2008
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