sábado, 5 de abril de 2008

La infancia es la patria

La infancia es la patria, pero es irrecuperable y por eso la olvidamos y nos abrigamos con variedad de exóticas telas. Nuestra piel las rechaza, y aunque no creamos creerlo es aquella cálida felicidad la que nos mantiene en pie tantas veces. Nos resulta muy triste, nos quedamos melancólicamente perplejos cuando comprobamos la inmensa lejanía de aquella época. Nos parece que no somos nosotros de quien recordamos tantas anécdotas y sentimientos e ilusiones. Como si no nos perteneciera. Como si fuese un sacrilegio la memoria. ¡En tantas cosas hemos herido al niño aquel...!
Cuando miramos al futuro con un cierto ánimo, cuando seguimos luchando de alguna manera, buscamos, sin saberlo, retornar a la felicidad e inocencia de aquellos años. No nos queremos creer que la felicidad haya existido y que la hayamos arrojado definitivamente por la borda del tiempo.

No hay comentarios: