sábado, 19 de abril de 2008

Filosofía III

Don Adolfo Heidegger era realmente inteligente y sutil. Su lectura de Nietzsche es valiosa; la voluntad [irracional] de poder -mejor, simplemente de estar y ser- como la última morada del Sujeto Sujetante (decir esto en alemán debe ser...). El hombre como 'pastor del ser'. Un poquito más allá de esto, don Adolfo exprime el vocabulario simbolista/maldito (véase Rimbaud) de Nietzsche para interpretarlo/aprovecharlo posthermeneúticamente (more Vattimo, por ejemplo). Esto significa la desintegración del sujeto, que no es ni lugar del Ser ni de sí mismo. Pero, digo yo:

(a) La lectura vitalista, éxtrovertida' de Nietzsche yo la encuentro/veo cuando le leo el Zaratustra. En definitiva, el libro es la historia de la liberación 'hacia afuera' del individuo.

(b) Aunque sea cierta/utilizable la interpretación de que la 'liberación' es 'disolución' del sujeto. Esta se realiza necesariamente en su enfrentarse al mundo, a los dioses y a los otros individuos.

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