viernes, 21 de marzo de 2008

Café con parientes y yo pensando en mis cosas

Bruno Snell me está resultando un poco ladrillo, pero me hace compañía. Leyéndolo me apetece retomar a O.Gigon y a J.P.Vernat. Además, tengo de antiguo una antología de líricos (con una introducción medio académica que me hice) que quiero encontrar y releer. Algo es algo. Snell me ha citado varios poemas preciosos de Safo, pero yo recuerdo que me gustó mucho más Íbico. Ya veré. Me quedo con el descubrimiento de la individualidad (por ahora sólo sintiente) y con cierto distanciamiento del ideal homérico del héroe guerrero. Lo de las 'afinidades espirituales', la polis, las sectas y las escuelas, me suena más a los Sabios de Grecia; ¡releer 'Los siete sabios y tres más', de ¿Adrados?. No tengo mis cosas a mano, así que esperaré unos días... si antes no me he enfrascado con alguna otra cosa. El capítulo que viene ahora en el libro de Snell es el de Píndaro. Pues ala, a por él.

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