jueves, 20 de marzo de 2008

La poesía y sus circunstancias

Un libro de artículos varios de Ángel Gonzáles, sobre la historia de la poesía española contemporánea y sobre su propia labor poética. La tercera parte es magnífica. Repasa el poeta su trayectoria, nos cuenta sus motivos y circunstancias, y nos muestra su 'ideario poético'. Esta parte compensa el mediocre y maniqueo capítulo de la parte segunda sobre la poesía y el exilio, y me permite moderar gustosamente algunas de las afirmaciones que al respecto hice.

Las intenciones y las circunstancias del poeta no agotan, por supuesto, al poema, cuyo valor las trasciende. El poeta, como hombre y como lector de sí mismo, puede dar su opinión sobre su propia obra atendiendo a los intereses y circunstancias sociales y biográficas por él vividas. Esto es lo que Ángel González hace.

Hijo de republicanos y de derrotados del 39 Ángel González se encontró con la poesía publicada e intuyó que ese era el modo como él quería expresarse y aclarar el mundo, esto es, su existencia, su Yo-en-la-Historia. A esto lo llama realismo socioexistencial. Del existencialismo, de cierto existencialismo más genuino, recogió el pesimismo o el sabor de la derrota. Nunca se exilió, aunque se sentía en lo que él llama el exilio interior. Abominó, casi tanto como del franquismo, de los partidos comunistas (desde el soviético al español; la primavera de Praga, maldecida por el PCE, fue el detonante) en donde militó un tiempo.

Sus primeras lecturas: el Juan Ramón más desnudo, el Machado intimista de 'Soledades', el Gerardo Diego más creacionista, y los poemas más líricos de Lorca y Alberti. Segundas lecturas:José Hierro, Celaya, Blas de Otero, Eugenio de Nora, César Vallejo y Neruda. Con quien más adelante compartió poesía y vida: el propio Celaya, Gil de Biedma, Hortelano, Barral, Alfonso Costafreda, José Agustín Goytisolo o Gabriel Ferrater.

Su primer libro es 'Áspero mundo' de 1956, donde aparece lo más aprovechable de us poemas de juventud y su realismo crítico, o social-existencial. Lo cotidiano que trasciende el dato sin despegarse de él, su imagen de sí mismo, del Yo, como un yo-de-todos, y su pesimismo existencial, son los temas del libro. O como él mismo comenta, que el tema es posiblemente el paso del Tiempo y estos sean los modos en que se manifiesta.
En esta 'etapa' cree en el poder transformador de la poesía -al modo de Celaya- pero entendiendo la transformación como simple aclaración del caos.

En 'Sin esperanza, con convencimiento' (1961) ahonda en su pesimismo, que ahora hace extensivo a la misma palabra poética. Descree de sí mismo como personaje creado/creador y busca escapatoria en los juegos del lenguaje y la más pura imaginación. 'Grado elemental' (1962), 'Palabra sobre palabra' (1965), 'tratado de urbanismo' (1967), 'Breves acotaciones...' (1969), 'Procedimientos narrativos' (1972), 'Muestra ampliada...' (1978). Si lo dice Ángel González pues gran parte de verdad tendrá, pero es innegable que el realismo crítico, a mí me ocurre cuando leo alguno de estos volúmenes, no lo ha abandonado. Tampoco es del todo cierto, como el mismo autor reconoce, que descrea absolutamente del poder de la poesía.

El gran hallazgo es ahora la ironía, y también ha encontrado su propia voz.
La ironía no es liviana ni un artificio sin sustancia, sino la manera como algunos poetas casi existencialistas vencen su pudor natural, y el modo como la tragedia de la vida y el tiempo no se convierte en un patético llanto. Además, la ironía le permite alejarse un poco del propio poema dejando así sitio para la belleza y la imaginación.
Su propia voz. Es el español que todos hablamos y entendemos pero usado y trabajado con rigor. Nadie escribe como habla, pero el habla es la misma. El arte poético consiste en desarrollar algunos mecanismos prescindibles del lenguaje coloquial y llevarlos eficazmente al poema; la enumeración, los juegos fónicos y acentuales, y todo aquello que además de denotar connoten sentimientos y grandes verdades. El lenguaje poético, y la expresión es maravillosa, ha de "ponernos al borde de la música"... o del éxtasis, o del enigma, o de la compasión...

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