Está bien, por novedoso, explicar a Sócrates sin recurrir a Protágoras y al problema de la democracia radical ateniense. Es lo que hace Bruno Snell. Superado el ideal homérico hace mucho por los intentos 'líricos', entiende Sócrates que éstos a su vez han sido sobrepasados por la filosofía parmenídea. La exigencia de autenticidad objetiva que Parménides propuso inutilizan las propuestas, ahora sólo personales y poéticas, de Píndaro, Tirteo, Mimnermo y otros. ¿Cuándo actúa el hombre/ciudadano de manera virtuosa? Hemos de encontrar una respuesta que sea válida para todos independientemente de la clase social u oficio, etc., que desempeñe.
El modo de la búsqueda va a ser el diálogo/dialéctica racional; buscar por inducción definiciones comprensibles y aceptables por todos. Aunque haya muchos modos, tantos como individuos o Ciudades, de realizar actos virtuosos, hemos de saber en qué sentido todos ellos lo son. Hemos de aprender a ser virtuosos, que después la vida nos hara desarrollar ese actitud de múltiples formas. Queda descartado, para empezar, el dogmatismo. Sócrates se niega a dar como norma su propio comportamiento. Del mismo modo que se niega a aceptar como verdaderamente indiscutibles sus propias convicciones.
Ya los trágicos, coetáneos de Sócrates, nos habían embarcado en el tortuoso camino de la reflexión y responsabilidad personales. Aclarar en común estas dudas, certeza y 'tensiones' es lo que se propone Sócrates.
Homero habló de la areté de 'los mejores', Hesíodo de la del justo paciente frente al injusto, los líricos nos dieron múltiples modelos de areté pero ninguna absolutamente válida para todos; la que vale al terrateniente con ascendentes guerreros no es la del comerciante 'burgués', ni lo que es válido en las costas asiáticas lo es en Beocia.
La novedad 'filosófica' de Sócrates está en el uso de la palabra 'episteme', cuyo significado preplatónico es el del saber-hacer del artesano. Artesanos de nuestra propia vida. Autoconocernos para poder desarrollar esa potencialidad que todos como hombres (o simplemente como griegos) portamos adentro del alma. El fruto de la virtuosidad así entendida será la felicidad (¿eterna? ¿la fama?).
Qué es el hombre independientemente de lo que las apariencias nos muestran e independientemente de lo que cada cual haya podido entender, 'acríticamente', hasta ahora. Aquí acaba la propuesta socrática, que será desarrollada, a su modo, por Platón y Aristóteles.
El optimismo racional, herencia de Parménides, y el optimismo antropológico, herencia de sí mismo o del orfismo, son los mimbres con los que Sócrates dejó a medio construir su teoría de la virtud humana.
De lo anteriormente expuesto no se deduce la teoría/experiencia subjetiva del daimon, ni tampoco el respeto incondicional por las leyes de Atenas. Estos elementos tan socráticos, tanto o más aprovechables que lo anterior, pertenecen al modo de ser propio -intransferible, inenseñable- del individuo Sócrates.
La filosofía frustrada de Sócrates se completa con una existencia auténtica y fiel con sus propias convicciones. La fuerza de su personalidad, creo que lo dijo Guthrie, es la debilidad de su filosofía. O como dijo Hegel, que Sócrates fue condenado justamente por haber introducido el virus de la propia conciencia soberana. El riesgo de la libertadad insolidaria, del anarquismo disolutor, del caos político y moral. Ya Platón se encargaría, a golpe de bisturí sobrehumano, de eliminar dicha posibilidad.
Resumiendo. Las propuestas filosóficas de Sócrates resultan insuficientes en sí mismas pero permiten reflexiones posteriores -absolutamente válidas en nuestros días- como las de Platón, Aristóteles o, fundamentalmente las Escuelas Menores. El ideal del hombre como proyecto teórico y práctico. Por otro lado, su actitud, filosófica; su confianza en el hombre, en sus capacidades y posibilidades, y su valentía incondicional, lo convierten en uno de los modelos en que nuestra civilización se asienta.
Pd 1ª: Hay que comprender a Sócrates y agradecerle sus propuestas y ejemplos de vida.
Pd 2ª: Hoy en día, el proyecto socrático está en quiebra, o como si lo estuviese. No sabemos cómo actualizar convincentemente los ideales de la racionalidad y el respeto humanos.
Pd 3ª: Sócrates puede ayudarnos a desenmascarar a tanto fariseo como nos encontramos en las tribunas y otros sitios influyentes.
Pd 4ª: Sigue en pie, aunque en retirada, el valor de la propia conciencia, soberana y dialogante. Algunos, más derrotados, no vemos más salida que la crítica y la reclusión; en la poesía, en la amistad, en el cinismo, en ciertos Jardines ('edenes' en griego).
domingo, 23 de marzo de 2008
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1 comentario:
Gracias por tu cita de Socrates, sobre todo lo del "anarquismo disolutor".
Un saludo
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