viernes, 21 de marzo de 2008

Parientes...

Si me dejan mis ruidosos parientes, va a ser una gozada leer el siguiente capítulo de Snell; 'el nacimiento de la personalidad en la lírica' (50 páginas). Independientemente de mis ruidosos parientes, será un suplicio contarlo en una pocas líneas legibles. Este es mi noble y trascendente objetivo para el día de hoy.
¿Tiene alguien remedio factible para los parientes ruidosos, y perdonen la redundancia?

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