¡Al fin he leído algo de John Cage!, 'Escritos al oído', Una antología suya con textos de los ultimos 40 años. Alguno del mismo año de su muerte, en 1992 a los 80.
Tesis fundamental, más o menos: todo ruido es potencialmente un sonido, y todo sonido es música si se le aprecia u organiza así. La vida es variada, escurridiza, abierta, etc. La música, mejor que nada, puede representar esa realidad irreal, irrepetible y gozosa. Es posible y necesaria una música inabarcable por la lógica, la belleza, el tono, los instrumentos, etc. O como dice Cage, una música u organización del sonido 'micromacrocósmica'. La anarquización de la música, del lenguaje, de la política, de la metafísica... la desmilitarización de la existencia. La música como Vanguardia del nuevo no-orden.
La imagen más bella y clara de su concepción de la realidad y la música es la de asomarnos a una ventanilla del tren en pleno viaje; imágenes furtivas e irrepetibles, sin pretensiones divinas, sólo humanas, que muestren no la Verdad de Nada sino que estuvimos vivos.
Especialemente recomendables 'Conferencia sobre nada', 'Hablo de anarquía, naturalmente'.
Posdata respetuosa: he escuchado algo de Cage, y no me gusta, lo que no significa nada, o puede que sí. De todos modos, me ha pasado con su libro como con las Vanguardias, cuyos mejores frutos son son manifiestos.
jueves, 20 de marzo de 2008
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