Ya queda poco de esta Santa Semana, que al final ha salido como ha salido. Qué voy a decir. El Bruno Snell, que es más bien pesadito, me ha hecho compaña y se me ha quedado largo; me han faltado 120 páginas para el final. ¡Son 520! Las haré, ya no queda otro remedio, poco a poco. Mañana comprobaré mi renovado interés por los griegos...
Alguien me dijo, interpretando paganamente, que el jueves santo y el domingo de resurrección son las dos fases del eterno ciclo. No sé. Yo no estoy para ciclos. En el fondo todo, hasta lo abismal, es menos grave pero demasiado monotanamente constante. Supongo que exagero un poco, pero sólo un poco.
Freud, ese sí que sabe. Realidad y placer; la tortuosa frustración con uno mismo acrecentada, inevitablemente, por los demás. Y es que no somos buenos, a lo mejor ni siquiera malos, y con la mirada nos descuartizamos sin piedad.
domingo, 23 de marzo de 2008
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