Cambió su vida de pequeño burgués casi indolente tras su paso por la cárcel por motivos económicos. Viajero incansable, a merced del viento sagrado de la conciencia, 'el amplio colchón invisible de la nada' que escribió en 'El Ciervo', la libertad y la individualidad, León Felipe es la 'rebelión libertaria'.
Es la de León Felipe una teología nihilista (lo de la teología lo obvia Andrés Sorel), un continuado salmo escéptico.
De 'Good bye, Panamá', del mismo 36:
¿No hay más oratoria que la del púlpito y la del mercado, la del chamarilero y la eclesiástica?... Señor Presidente: ¿los poetas ya no pueden hablar? Es mil veces preferible la destruc´ción, la anarquía, el caos, el comenzar de nuevo otra vez, a este orden monstruoso, aceptado sin repugnacia y sin justicia... Yo no tengo silla, ni iglesia, ni cátedra, ni filosofía. Yo no tengo nada. Yo no soy nadie. Yo no soy más que una voz que va por los caminos y se para en el viento: y unos ojos que contemplan el universo sin miedos..."
De 'La Insignia', de los años de la Guerra Civil, ya decantada para los nacionales:
Se va de lo doméstico a lo histórico
y de lo histórico a lo épico.
Este ha sido siempre el orden que ha llevado
la conducta del español en la Historia,
en el ágora
y hasta en sus transacciones,
que por eso se ha dicho siempre
que el español no aprende bien el
oficio de mercader.
Pero ahora, en esta revolución,
el orden se ha invertido.
Habéis empezado por lo épico,
habéis pasado por lo histórico
y ahora aquí,
en la retaguardia de Valencia,
frente a todas las derrotas,
os habéis parado en la domesticidad.
Y aquí estáis anclados,
Sindicalistas, Comunistas, Anarquistas,
Socialistas, Troskistas,
Republicanos de Izquierda...
Aquí estáis anclados,
custodiando la rapiña
para que no se la lleve vuestro hermano...
...Porque vosotros os habéis parado ya
y no hacéis más que enarbolar todos los días
nuevas banderas con las camisas rotas
y con los trapos sucios de la cocina.
Murió León Felipe en el 68, en México, a los 84 de edad, pidiendo perdón a todos, o pidiendo, en un último acto de humanidad y patritismo, perdón por todos.
"Un día, cuando el hombre sea libre, la política será una canción. El eje del universo descansa sobre una canción, no sobre una ley." ¡Qué tristes e interesadas, aunque con toda la buena voluntad quiero creer, las palabras 'politizadas' de Andrés Sorel. Sólo recordar que "En España no hay bandos, en esta tierra no hay bandos, en esta tierra maldita no hay bandos. No hay más que un hacha amarilla que ha afilado el rencor. Un hacha que cae siempre, siempre, siempre, implacable y sin descanso sobre cualquier humilde ligazón..."
2 comentarios:
Jamás habría imaginado que tendrías un espacio d'estos "modernos"...
Enhorabuena por tu pequeño...
Estaré atenta a tus publicaciones
1 saludo
Gracias. Nos vemos.
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